martes, 31 de mayo de 2011

A través del tiempo


A través del tiempo mi cuerpo creció,

se desarrolló lentamente con el paso de los años,

mis manos dejaron de ser suaves y tersas,

el trabajo las agrietó, y la vejez los arrugó;

a través del tiempo dejé de tener uno, dos, tres años…

comencé a acumularlos, como los recuerdos y vivencias.

Mis palabras se hicieron débiles, mi voz ya no era la de antes

el viento ya me llevaba, no podía contra él.

A través del tiempo atrapé historias dignas de nombrar,

algunas otras que preferiría olvidar…

Y sí, los años lisonjeros se hicieron presentes en mi piel,

en mi voz, en mi cabello, en mi ser entero,

dejé de ser la joven inmadura y me convertí en mujer.

Mi busto dejó de ser firme y duro,

mi vientre se arrugó y estrió,

mi tez se tornó llena de pequeñas arruguitas,

y mis labios perdieron el color lleno de vida…

A través del tiempo perdí muchas cosas,

amigos, familia, sueños, e ilusiones,

pero al final de todo allí seguía presente tu semblante,

tal y como ahora, en el desván, empolvado por los años,

has ido irradiando luz en mi sendero, has sido cordura en mis desaires,

creciste como el alfa que guía a la manada.

Dejaste de ser el hombre del que un día me enamoré,

pasaste a ser el amor de mi vida,

el hombre que renovó todo lo que soy y lo que era,

a través del tiempo lo único que me queda es tu voz, eres tu…

sábado, 28 de mayo de 2011

Sueño

Abundan las copas sobre mi almohada,

las rosas en el corral y las aves bajo las ramas

rebosan las ideas de Kali sobre mi mente,

y el ruido se enmarca tiñendo de purpura mis pies.


Las llamas consumen el tranquilo oleaje sobre la arena

quemando mis manos, mis labios.


Cenizas soy, cenizas quedan, y el taciturno vaivén del mar se desenreda.

Aquella honra que cargaba se muere de manera insólita,

soy un relieve agotado por la lluvia,

y un cuerpo desgastado por la vida dura

Sueños son, sueños… Sueños de colores que se rompen.


SE ROMPEN.


Quiebran noche, estrellas, e ideas.


La sal de la lluvia decolora la tierra,

los ríos se tiñen de rojo con la carne de los muertos

y sólo queda ese adiós tras la ventana, todo lo que fue

lo que no soy y no seré… ese sueño que nunca se realizó,

un simple fragmento de tierra que se marchitó.

martes, 17 de mayo de 2011


Qué tanto dolor se oculta tras las venas,

la basura la vemos en los ojos ajenos, no en los propios

y las palabras se estremecen como ríos de lágrimas,

un largo caudal desde tu faz hasta tus pies.

Larga es la espera cuando soñamos, y no luchamos,

no sólo los astros delimitan lo que somos.

Sólo los poetas y los locos vemos estrofas en el aire,

los músicos las notas como colores,

y los autistas el amor como un reproche.

Ni soy poeta, pero veo los versos en el aire,

ni soy músico y veo los colores que bailan con Chopin,

no soy autista, tus reproches son lo que me mantienen viva,

con energía y coherencia, pero más que eso, lo que me mantiene aquí

es el sol que brilla, la tierra que piso,

las plantas que cuido, esa natura que amo,

y ante todo el esplendor de cada amanecer, porque siempre llega,

como la brisa que viene del oriente, y roza mis mejillas con ese olor inconfundible a océano.

Ahora marco mis pies en los árboles, delineo las auroras con mis dedos,

y sonrío cada día con más alegría, porque espero el fin, el fin de esta vida

para llegar a una nueva, al renacer de las almas y conciencias, con corazón

y mente entregados al amor de la vida, al amor a natura, y mi amor a ti.

Soy un vago, peregrino, y desastroso, pero vivo,

vivo cada día porque aun me queda mucho por vivir

camino con la frente en alto, sonriendo al ayer, detallando y construyendo mi futuro con mis manos, y mi voz,

me hago escuchar a los cuatro vientos con mi canción al sol.

Sol que ayuno en mi camino, y luna que mato en mis delirios.