¿A dónde vamos hoy?
Y la voz resonaba alegre en
el campo
cubría las nubes con su
bélico encanto
entre dulce amargo y dulce
dulce
El agua se mecía entre las
piedras
y se rompió el silencio del
campo con la ilusión del niño
¿A dónde vamos? A un lindo
día…
Entonces, tras pasar frente
al molino
se enredaron entre palabras
de la vida
-¿Brilla el sol acaso?-
-Brilla tanto que lastima…-
pero la frescura cálida y
dulce
acoge mi alma en su regazo
y qué bien se siente reposar
danzando.
Entre los juncos nos sentamos
y cortando flores
contaremos estrellas a ojos
cerrados
-¿Qué será?, ¿qué será qué
tus disparates me cautivan?-
Y de los errores en mis
palabras yace oscuro el retrato de tu rostro
que amo tanto.
¿Dime entonces… cómo eres tú?
El silencio retornó al campo
ante los viejos nogales y
escalones se sentó su niño:
mientras, el sol lo tocó,
pero él no se inmutó.
El silencio se rompió por la
lejanía en sus palabras,
tanto, que el día se opacó.
-Quiero alas y poder pensar-
decía el niño.
-Y así tomarte en mi piquito
y ente besos sutiles
te daría la razón de lo que
siento y pienso.-
Las palabras se perdían en
los dogmas,
la envolvió en sus brazos y sonrío.
-Eres bella como un Ángel-, repuso
con dulce voz
- Y te quiero más que a la
vida misma, te quiero a vos.-
El silencio abrumó sus
mentes…
“-Por DIOS, qué fea soy.-” Y
echándose a llorar en silencio…
es cómo este día terminó.