Yace allí la paradoja constante del mundo
entre escoria, entre sucias plegarias y desdenes.
Suaves desaires que interrogan al mundo.
Doseles teñidos de amargura, de un ambiguo color neutro.
Ante las vivas llamaradas de la herida vivo,
me alimento de aquellas breves e ignotas almas incandescentes.
Consecuentemente a las horas del reloj
aquel descanso muere al alba, a la penumbra del ahora
sollozando al regazo del mañana y muriendo al ocaso del ahora.
Allá entre escoria, entre sucias plegarias y desdenes
allá es donde apenas sobrevivo.
Yo: Esperanza, Fe y olvido.
Allá donde todo esto es sólo un delirio.